Conoce a los Expertos: Entrevista con Jahan Marcu

Por Sarah Russo

Sarah Russo es escritora, consultora de cannabis y administradora de contenidos y redes sociales. Obtuvo su título en estudios ambientales y justicia social, con un enfoque en medicina vegetal, del Evergreen State College. Anteriormente trabajó para Project CBD y la Society of Cannabis Clinicians. También ha ejercido como educadora de fitoterapia en tiendas de remedios naturales. Algunos de sus objetivos principales son diversificar el movimiento del cannabis integrando la planta en el compendio general de medicina herbaria y alentando prácticas agrícolas sostenibles.

Conoce a los Expertos es una serie de entrevistas realizadas por expertos del campo del Cannabis a líderes mundiales en investigación y en la práctica clínica del Cannabis como medicina.

Conoce a los Expertos: Entrevista con Jahan Marcu

Jahan Marcu es el director de Experimental Pharmacology and Behavioral Research y el Director del programa Patient Focused Certification, un programa de supervisión de salud y seguridad que evalúa el cumplimiento normativo en los sistemas de cultivo de cannabis.

Es cofundador del Centro Internacional de Investigación sobre el Cannabis y la Salud Mental y forma parte del consejo consultivo científico del Instituto Internacional de Cannabis y Cannabinoides (República Checa). También es cofundador y expresidente de la subdivisión CANN de la Chemical Health and Safety Division de la American Chemical Society. Además, forma parte del consejo de administración de la Asociación Internacional por el Cannabis como Medicamento (Alemania). Ha cursado estudios en química analítica y farmacología molecular, doctorándose gracias a sus contribuciones en la caracterización de la estructura y función de los receptores de cannabinoides.

Es autor de la Monografía sobre el cannabis de la American Herbal Pharmacopeia y presta sus servicios en varios comités de expertos gubernamentales y asociaciones comerciales y organizaciones científicas, además de ser un experto cualificado sobre cannabinoides sintéticos y cannabis en los tribunales. Ha contribuido en la creación de programas de formación para médicos y trabajadores de la industria del cannabis medicinal y ha sido invitado a charlas en muchas conferencias internacionales y universidades. El Dr. Marcu ha recibido el premio Billy Martin de investigación de la Sociedad Internacional de Investigación sobre Cannabinoides.

Sarah Russo: ¿Puedes hablarnos de la Monografía sobre el cannabis de la que eres coautor?

Jahan Marcu: La medicina botánica y las monografías sobre plantas sirven de guía a personas y empresas sobre la manera de hacer medicina a base de plantas. En la década de 1940, el gobierno de Estados Unidos retiró el cannabis de la Farmacopea de Estados Unidos. Muchas personas creen que fue una maniobra conspirativa pero al mismo tiempo se retiraron muchas otras plantas y productos. Por ejemplo, durante esa época, se podía obtener un preparado compuesto por opio, cannabis y cloroformo juntos. Probablemente era bueno para dormir pero perjudicial para el cerebro. El gobierno quiso dar marcha atrás y creó la Food and Drug Administration (FDA, por sus siglas en inglés). No había un consenso claro sobre normas rectoras para los productos y etiquetados.

Con el objeto de crear una monografía, un grupo de expertos se reunió y redactó un documento que el gobierno y los reguladores pudieran adoptar. El gobierno de Estados Unidos lo hizo junto con la American Herbal Pharmacopoeia (AHP). La AHP es similar a la Farmacopea de Estados Unidos (USP), salvo que no sigue las normas de la DEA. No se hizo una monografía sobre el cannabis porque era un fármaco de la Lista 1. La AHP no tuvo que preocuparse acerca de las normas de la DEA a este respecto.

La monografía de la AHP reintrodujo el cannabis en la farmacopea de Estados Unidos, junto con muchas otras plantas. Esto permitió a los reguladores declarar normas de control de calidad. A continuación, muchos estados adoptaron un programa de cannabis medicinal, citando la monografía como referencia. La monografía de la AHP estuvo disponible en 2013, impulsando más de una docena de programas de cannabis medicinal.

SR: Tu trabajo con Americans For Safe Access (ASA) incluye la visita a varios laboratorios de cannabis y trabajar con ellos para asegurar el cumplimiento de las normas de seguridad. ¿En qué consiste este proceso?

JM: La certificación PFC (Patient Focused Certification) es un proyecto de ASA que se inició durante la creación de la monografía. Nuestra intención era que las normas de seguridad se aplicaran a los operadores de cannabis. El paciente tiene derecho a conocer la pureza del fármaco y que contiene una cantidad conocida de ingredientes activos. Cuando dirigía un laboratorio de pruebas en el año 2005 en San Francisco, los operadores de cannabis no tenían ningún interés en estas pruebas, además alegaban que se comercializaba perfectamente sin que la gente supiera su contenido. Tan pronto como los productos probados estuvieron disponibles, la demanda aumentó. PFC es una certificación voluntaria pero esta normativa comienza a ser obligatoria en algunos estados.

Durante la certificación PFC, visitamos un laboratorio y un sistema de cultivo de cannabis y revisamos su documentación, procedimientos operativos estandarizados, licencias y zonificación. Nuestros empleados realizan visitas a los clientes para prepararlos ante las posibles inspecciones reglamentarias. Cuando realizamos cursos de formación PFC instruimos a inspectores de programas de cannabis medicinal de distintos estados. La mayoría de ellos son antiguos representantes de la ley. Eran buenos para perseguir delitos o comprobar requisitos de seguridad pero no tenían formación sobre cómo sentirse seguros en una planta de fabricación. Querían saber qué podrían encontrase al visitar un sitio de cultivo o un laboratorio. Durante estos años la certificación PFC ha realizado una serie de contratos de estado con fines formativos y educativos.

También hemos iniciado una campaña en ASA para la epidemia de opiáceos. Para que la gente pueda usar el cannabis como un sustituto de la medicación para el dolor, deben saber lo que contiene. En este programa realizamos el trabajo de laboratorio necesario al menor coste posible. Este compromiso fue puesto por escrito en la Royal Society of Chemistry y en otros lugares.

SR: ¿Cuáles son algunos de los principales problemas de control de calidad cuando se trata de cannabis?

JM: El cannabis es seguro pero lo que le añadimos puede ser peligroso. No hay mucha orientación por parte de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés), o de otras organizaciones acerca de lo que es seguro de utilizar. Especialmente en los productos de cannabis por inhalación. Los pesticidas son un problema tanto para los trabajadores como para los consumidores. Yo trabajé en una cooperativa. Nunca nos dijeron lo que se ponía en las plantas ni cómo debíamos protegernos. Además, muy pocos pesticidas son aptos para el uso en cultivos de interior.

Surgen muchos problemas cuando la gente comienza un sistema de cultivo de cannabis de gran tamaño y no tiene un plan de gestión adecuado. Esta es la razón por la cual es conveniente que los cultivos sean al aire libre cuando el clima lo permite. El sol mata a muchos insectos indeseables. Me gustaría que más gobiernos aceptaran la posibilidad de cultivos al aire libre. Sería la solución a estos problemas. Incluso el cultivo de cannabis en interiores debe recibir radiación gamma para cumplir con la normativa reglamentaria.

Otro problema del que me acabo de enterar a través del laboratorio de Jeff Raber es que los pesticidas pueden transferirse mediante el humo del cannabis. No sabemos cuántos pesticidas se absorben en el cuerpo. Apenas hemos tocado este tema. Los datos sobre seguridad de los productos tienen que ser generados por la industria que cuenta con el conocimiento técnico y la experiencia práctica. Los datos de seguridad del producto cannabis no han sido estudiados por los gobiernos.

Algunas personas no realizan pruebas de pesticidas porque son muy caras. La normativa sobre pesticidas cuesta miles de dólares. Si solamente una persona la requiere tiene que sufragar todo el gasto. Pero si todo el mundo exige pruebas de pesticidas, el precio baja notablemente. Lo mismo ocurre con la prueba de potencia THC y CBD. Publicamos un estudio sobre la precisión del etiquetado de los productos CBD en el Journal of the American Medical Association.

La calidad es responsabilidad de todos. Por ejemplo, un producto puede salir del centro de cultivo puro y, a continuación, exponerse y contaminarse durante su transporte. Todos los tipos de cannabis tienen alguna bacteria a muy bajo nivel. El modo de almacenarlo y transportarlo es muy importante. Sirva el ejemplo de Sue Sisley al solicitar cannabis medicinal al gobierno federal para su estudio sobre el trastorno de estrés postraumático (TEPT). El cannabis estaba bien cuando lo recibió. Pero no lo almacenó siguiendo las condiciones adecuadas para evitar el crecimiento de bacterias y moho. La humedad debe ser estrechamente vigilada para mantener la integridad del producto y para evitar el crecimiento de microorganismos. El cannabis se encontraba puro hasta el destino final pero la manipulación y el almacenamiento inadecuados hicieron que tuviera que ser devuelto.

SR: ¿Deben los gobiernos nacionales involucrarse en las normas de seguridad del cannabis medicinal o debería hacerlo un organismo exclusivo?

JM: A veces la manera más rápida de llegar a una buena solución es trabajar con tus adversarios. Los reguladores gubernamentales y la industria del cannabis comparten el mismo interés, que es la protección de la salud pública. Todas las industrias crean normas para regularse a sí mismas. Los gobiernos nacionales no suelen tener experiencia innata con el cannabis. Pero la industria sí la tiene. Deben informar a los reguladores sobre la manera de supervisar la normativa del cannabis. Ya hemos visto lo que sucede cuando los reguladores no tienen la información adecuada. El gobierno debe tener en cuenta a la industria con el fin de desarrollar normas de consenso voluntarias. Sería del todo imposible para los gobiernos crear una normativa efectiva sin la información de la industria. Toda la normativa industrial, desde el tabaco a las patatas, ha sido desarrollada por la industria con la colaboración de los gobiernos.

SR: ¿Cómo crees que debería catalogarse el cannabis? ¿Una droga, una planta, un suplemento dietético o algo diferente?

JM: Me gustaría verlo descatalogado o regulado como una medicina botánica. El cannabis tiene el problema de que la planta contiene muchos cannabinoides de los que todavía no tenemos mucha información. Muy pocas personas han consumido cannabigerol (CBG) puro, por ejemplo. Probablemente no es perjudicial pero no ha habido muchas pruebas en seres humanos. Creo que el cannabis algún día perderá posiciones en la cadena de catalogación. El Cannabidiol (CBD) tiene el potencial de ser retirado ya. Algunas otros preparados finalmente también lo serán.

La recatalogación disminuiría los mínimos obligatorios y las sanciones penales. Sin embargo, el cambio del cannabis a una catalogación menos restrictiva no afectará al estado legal de los operadores de cannabis. Seguirán operando de manera ilegal bajo la ley federal estadounidense. La catalogación solamente será aplicable a los medicamentos aprobados por la FDA y el cannabis no es reconocido como tal. Independientemente de lo que suceda con la catalogación, tenemos que replantearnos la manera de regular los medicamentos a base de plantas. El Ginkgo biloba y la lavanda tampoco son medicamentos aprobados por la FDA.

ASA, con sus asociados, el International Medical Cannabis Patient Coalition y el International Cannabis and Cannabinoid Institute, están trabajando en Naciones Unidas para probar y recatalogar el cannabis a nivel internacional. La legalización federal del cannabis no va a suceder de forma inmediata pero creo que va a ser recatalogado muy pronto. Sería más sencillo si el cannabis fuera recatalogado y regulado y la gente se atuviera a la normativa de calidad.

SR: ¿Qué es el modulador alostérico y cómo influye en la manera en que el CBD y el THC actúan en relación el uno con el otro?

JM: El THC estimula los receptores cannabinoides, algo que el CBD no hace. El CBD no interactúa directamente con el sistema endocannabinoide, como se afirma a menudo. El CBD puede mejorar las propiedades del THC pero normalmente inhibe lo que hace. Por ejemplo, el THC podría causar sedación, mientras que el CBD, al actuar en los receptores de adenosina, va a contrarrestar ese efecto. El THC solamente tiene efecto sobre los receptores CB1 cuando hay presentes otros cannabinoides que lo estimulen. Imaginemos que el receptor CB1 es un control de volumen, el THC lo toma de 1 a 10. El CBD puede establecer una parada en el receptor, de manera que no pueda pasar de 5 o 6. El CBD hace que sea más difícil estimular a los receptores de cannabinoides, como los CB1.

El CBD también interactúa con los canales TRP, como TRPV8. Al ser estimulado, el CBD puede contrarrestar el efecto del THC en estos canales. El uso de CBD para aliviar una sobredosis de THC puede ser solamente parcial debido al efecto en los receptores de CB1. Si el CBD se encuentra presente, se hará más difícil que el THC estimule los receptores de CB1, lo que puede reducir el umbral psicoactivo. También puede tener las actividades separadas a través de los no receptores de cannabinoides, tales como la interacción con la serotonina, la adenosina y otros canales de iones para contrarrestar los efectos del THC.

SR: ¿Hay diferencias entre lo que dice la literatura científica sobre el CBN (cannabinol) y lo que cuentan los fabricantes del producto y los pacientes?

JM: El CBN es un producto de la degradación del THC. No sabemos tanto acerca del CBN como de otros cannabinoides. En general, el CBN es aproximadamente un 25% más potente que el THC. Es muy posible que la gente haya consumido CBN proveniente del mercado ilegal. Una gran cantidad de hachís y de productos procesados químicamente contienen CBN probablemente. El CBN no es algo que se pueda cultivar.

El CBN sería un gran compuesto para que la industria lo estudiase. Es preocupante cuando se crean productos y no se realizan encuestas entre los usuarios. Esta información debería ser controlada para realizar un seguimiento de lo que está sucediendo. La mayoría de los productos con CBN contienen otros cannabinoides. Tal vez el THC o el CBD, o una combinación de ambos, esté jugando un papel importante. Si los pacientes están experimentando una mejora, creo que valdría la pena investigar más a fondo.

SR: Gracias por esta entrevista, Jahan

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