Seguridad del paciente - Productos a base de cannabidiol

Por Soraia Tomás

Licenciada en Enfermería por la Escola Superior de Enfermagem de Coimbra en 2015, Soraia Tomás trabajó en la unidad de cuidados intensivos de cirugía cardiotorácica y trasplante de pulmón en Lisboa. En 2020 obtuvo el título de postgrado en GMP's para el Cannabis Medicinal, curso realizado por el Observatorio Portugués del Cannabis Medicinal en colaboración con el Laboratorio Militar de Productos Químicos y Farmacéuticos y la Facultad de Farmacia de la Universidad de Lisboa. Especialista en Control del Dolor, actualmente trabaja en una unidad de cuidados intensivos y proporciona asesoramiento y supervisión de enfermería a pacientes de cannabis medicinal. Presidenta de APCANNA - Asociación Portuguesa de Información sobre el Cannabis, una asociación sin ánimo de lucro, constituida en 2020, cuya misión principal es la difusión de información fiable sobre la planta de cannabis en todos sus aspectos, siendo una voz representativa de la comunidad portuguesa y sus intereses.

El cannabidiol (CBD) es el segundo fitocannabinoide más común que se encuentra en la planta de cannabis y el más conocido por sus propiedades no tóxicas. Su principal mecanismo de acción implica la activación de otros sistemas de neurotransmisores (mensajeros químicos) en el cerebro, el cuerpo y el sistema inmunitario. Así, esta molécula se acopla a los receptores de serotonina, de vanilloides y probablemente a decenas de otros tipos de receptores, desencadenando respuestas biológicas complejas.

El CBD se descubrió en 1940 y, hasta la fecha, se han llevado a cabo unos 1300 estudios, incluyendo meta-análisis, ensayos clínicos en humanos y experimentos de doble ciego controlados con placebo. En la actualidad, sabemos que su potencial terapéutico es amplio y que cada vez existen más informes sobre sus propiedades anticonvulsivantes, ansiolíticas y analgésicas, entre otras.

Durante los últimos años, las pruebas científicas que demuestran el potencial terapéutico del cannabis han aumentado drásticamente, lo que ha propiciado una reforma legislativa en varios países sobre su uso en contextos medicinales. En teoría, estos cambios normativos darían lugar a una mayor accesibilidad a los medicamentos y/o sustancias a base de la planta de cannabis, pero esta mejora no se hace patente a nivel práctico en el contexto europeo.

El debate sobre la regulación del CBD sigue abierto, lo que provoca que no haya unanimidad en cuanto a su legalidad a nivel europeo. Mientras que en algunos países un paciente puede ir a una farmacia y comprar un medicamento a base de CBD con receta, en otros países vecinos se vende como suplemento alimenticio o cosmético y puede adquirirse en tiendas o en Internet. Esta zona gris de regulación en la que se encuentra el CBD, junto con la creciente demanda, ha generado controversia sobre cómo, hoy en día, muchos pacientes adquieren productos a base de este fitocannabinoide por iniciativa propia, sin supervisión médica y sin ningún control sobre la calidad, la eficacia y la seguridad.

Partiendo de este planteamiento, es evidente que es necesario redactar este documento. Su objetivo es informar y proporcionar a los pacientes y/o consumidores las herramientas que necesitan para tomar decisiones informadas basadas en conocimientos adquiridos de fuentes fiables, mitigando así el riesgo de adquirir productos y/o sustancias que puedan poner en peligro su propia salud. Por lo tanto, me gustaría recalcar que el propósito de este documento no es aconsejar ningún tipo de producto, y que siempre debe consultar a un médico para saber qué es lo que mejor se adapta a su estado de salud.

¿Qué debo saber sobre los productos de CBD?

  1. Fuente de extracción
  2. Método de extracción
  3. Tipo de producto
  4. Certificado de análisis de laboratorio
  5. Almacenamiento

1. Fuente de extracción

Es importante que disponga de cierta información sobre la fuente y de qué parte o partes de la planta se ha extraído el CBD. Debería preguntar sobre las condiciones de cultivo y extracción, teniendo en cuenta que hoy en día la mayoría de las empresas cumplen con las normas de calidad de cultivo y/o extracción exigidas a nivel europeo, incluyendo las directrices GACP y/o GMP.

También es importante saber qué partes de la planta se utilizan para la extracción, sin olvidar que las semillas de cáñamo, a pesar de ser una excelente fuente de omega-3 y omega-6, no contienen CBD. Puede obtener esta información leyendo la etiqueta del producto o consultando el sitio web de la empresa.

2. Métodos de extracción

La extracción de cannabis puede definirse como el proceso de extracción o separación de los aceites esenciales que contienen varios compuestos, más específicamente fitocannabinoides, terpenos, vitaminas y otros antioxidantes del material vegetal.

Para separar estos componentes del material vegetal satisfactoriamente se requieren métodos que implican el uso de calor/presión/agua (extracción mecánica) o el uso de disolventes como el propano, butano, etanol y/o dióxido de carbono supercrítico (extracción química).

2.1 Extracción mecánica

La extracción mecánica se realiza a través de la eliminación física de los tricomas resinosos de la planta mediante técnicas de calor/presión/agua y su posterior manipulación para obtener el producto final concentrado que se desea.

2.2 Extracción química

  • La extracción con etanol se considera un método sencillo, barato y eficaz para la extracción de fitocannabinoides básicos. Además de ser más sostenible – ya que en varios países puede utilizarse en varios ciclos de extracción, lo que supone un menor consumo de energía – también es considerado un disolvente seguro por la mayoría de las autoridades reguladoras. El hecho de ser un disolvente muy «exhaustivo» hace que este método resulte poco ventajoso, ya que no es selectivo con los componentes extraídos y puede dañar su estructura.
  • La extracción con dióxido de carbono (CO2) es muy popular en la actualidad, ya que es una sustancia química pura que se produce de forma natural y no deja residuos. Además de no ser tóxico, también se utiliza con frecuencia en la industria alimentaria, más concretamente en bebidas carbonatadas o para extraer la cafeína del café (descafeinado). Mediante la manipulación de la temperatura y la presión es posible modular la solubilidad del CO2, lo que permite el fraccionamiento individual de diferentes moléculas como los cannabinoides y los terpenos. Los principales inconvenientes de este tipo de extracción son los elevados costes de mantenimiento y la necesidad de una segunda fase de purificación tras la extracción supercrítica principal, necesaria para eliminar la materia vegetal no deseada (grasas, lípidos, ceras) de la pasta intermedia. Ambos factores contribuyen al elevado precio de los extractos de CO2 supercrítico.
  • El butano es un hidrocarburo común utilizado para la extracción y es una opción popular entre los fabricantes debido a su bajo coste. Al igual que otros disolventes, el butano se presuriza y separa los cannabinoides, los terpenos y otros compuestos de la materia vegetal. La naturaleza no polar del disolvente significa que no extrae los compuestos hidrosolubles indeseables, como la clorofila y los metabolitos de las plantas.
  • El propano se utiliza de forma similar al butano. Los extractos de hidrocarburos se han convertido en los últimos años en un motivo de preocupación para los consumidores debido a la falta de control y regulación, que conlleva a la presencia de cantidades residuales de butano, perjudicial para el ser humano, en los productos comercializados.

Cada método de extracción tiene sus propias ventajas e inconvenientes y conocerlos le permitirá seleccionar el producto más adecuado para sus necesidades. Como con cualquier producto, puede y debería pedir al productor información sobre el método de extracción, así como los resultados de las pruebas de laboratorio que enumeran los disolventes residuales. Los precios de los productos varían en función del método de extracción, ya que algunos requieren equipos más complejos y técnicos debidamente formados para manejarlos. La extracción con CO2 supercrítico es la más cara para los productores (y, por tanto, para usted), mientras que otros concentrados pueden producirse con disolventes relativamente baratos, como el etanol y el butano.

3. Tipo de producto

Según el método y el disolvente utilizados, los extractos de cannabis pueden refinarse en varias formas y concentraciones que incluyen:

  • Espectro completo: contiene el perfil vegetal completo de fitocannabinoides y terpenos.
  • Amplio espectro: Productos en los que se ha eliminado un fitocannabinoide (normalmente el THC) y/o un terpeno.
  • Aislado: Contiene solamente un fitocannabinoide.

4. Certificado de análisis de laboratorio

El cannabis es una planta bioacumuladora que absorbe todas las sustancias presentes en el suelo, desde nutrientes y minerales hasta metales pesados, pesticidas, moho y bacterias. Si bien es importante que el proceso de extracción se lleve a cabo en un entorno controlado, cumpliendo las normas de calidad exigidas, también es crucial que se aplique el mismo nivel de control estricto a la fase de cultivo, garantizando así la calidad y seguridad del producto final.

En la medida de lo posible, lo mejor es elegir un producto que haya sido probado por un laboratorio independiente. Esto garantiza un análisis imparcial, lo que significa que cualquier producto que haya pasado por el proceso tendrá un certificado de análisis (COA, por sus siglas en inglés). Estos laboratorios disponen de equipos y métodos de análisis validados para analizar los cannabinoides, como la cromatografía líquida de alto resolución (HPLC) y Cromatografía Líquida de Ultra Alta Presión (UPLC). Este método no es el más adecuado para el análisis de terpenos -siendo la cromatografía de gases/espectrometría de masas (GC/MS) el más apropiado- pero no todos los laboratorios utilizan este método. Puede encontrar el informe de análisis en los sitios web de la mayoría de las empresas de CBD o solicitarlo por correo electrónico.

Por lo tanto, las pruebas de laboratorio deben contener la información siguiente:

  • Contenido de fitocannabinoides y terpenos: Todo informe de análisis debe indicar el contenido de CBD así como de otros cannabinoides menores. Dado que es difícil cuantificar el contenido exacto de terpenos mediante HPLC, la mayoría de los informes se limitan a indicar que el producto es rico en determinado(s) terpeno(s). La cantidad de CBD se expresa según la forma del producto, generalmente por frasco, mililitro o cápsula. Por ejemplo, si la etiqueta indica que el producto contiene 1000 mg de CBD en un frasco de 10 ml, esto equivale a aproximadamente 100 mg de CBD por ml. Por lo tanto, si hay un cuentagotas de 1 ml en el frasco (aproximadamente 20 gotas por ml), significa que cada gota contiene 5 mg de CBD.
  • Contaminantes, residuos de disolventes y metales pesados: Todos los laboratorios deberían también analizar e informar de la presencia de pesticidas, residuos de disolventes como el butano y el propano, metales pesados como el plomo, el mercurio y el arsénico, y otras sustancias químicas tóxicas para el ser humano.
  • Pruebas de microbiología: En este caso, podrá conocer la cantidad de hongos y otros microorganismos, como bacterias potencialmente dañinas. Hay que tener en cuenta que no son visibles a simple vista y pueden ser muy perjudiciales para el ser humano, sobre todo la aflatoxina, un veneno producido por el Aspergillus, que es cancerígeno y tóxico para el hígado. Las bacterias patógenas que se detectan habitualmente en el cannabis incluyen cepas como Escherichia coli y Staphylococcus, por lo que es de suma importancia realizar este tipo de análisis para garantizar la calidad y la seguridad del producto.

5. Almacenamiento

Los productos de CBD deben almacenarse adecuadamente, ya que la exposición a ambientes húmedos o a la luz solar puede provocar la degradación de algunos ingredientes activos y el crecimiento de hongos. Por lo tanto, se recomienda guardarlo en un lugar fresco y oscuro, protegido de la exposición directa a la luz solar.

La industria del CBD es un mercado en crecimiento, pero sigue siendo relativamente joven. La falta de regulación, la inseguridad jurídica y la insuficiente información/formación pueden poner en riesgo la salud del consumidor. En la actualidad, la mayoría de empresas se esfuerzan por garantizar la calidad a lo largo de toda la cadena de producción, pero esto no es lo que ocurre con todas las que están en el mercado. Por consiguiente, es importante que el paciente y/o consumidor se informe adecuadamente sobre todos los aspectos que debería valorar antes de adquirir cualquier tipo de producto, teniendo en cuenta que, de forma ideal, debería buscar asesoramiento médico, y obtener cualquier tipo de medicamento y/o sustancia a base de cannabis por las vías legales, según la normativa de su país.

  • Todas las informaciones recogidas en nuestros contenidos se basan en estudios científicos.
    Si estás pensando en usar cannabis o cannabinoides para tratar tus síntomas o enfermedad, por favor, consulta antes con un médico especialista.

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